jueves, 25 de febrero de 2010

Mi viaje al Vaticano. Segunda parte.

En anteriores episodios de La Catalana…
Como recordareis me encontraba yo andando, mas bien dando tumbos, por las calles de Barcelona, después de una noche de locura, sexo y drogas, cuando me cruce con una monja pedigüeña, a la que en un principio confundí con la Virgen María… en un mal estar y mal digerir le vomite encima todo lo tragado aquella noche….
Con motivo de mi redención decidí viajar a la ciudad papal para excusarme y tratar de convencer al pontífice de lo ideal de la rama social de la banderita multicolor…

En la actualidad….

Roma… con sus calles, con sus gentes, sus monumentos…

¿Y los gladiadores?

Ni uno vi, amigas mías.. ni uno. Enfundada con mi traje de monja, al sol de la Toscana, anduvia yo por las calles de roma, y hay que ver lo que se hace respetar un traje de luces del clero… todo el mundo fue tan amable con migo… hasta que descubrieron mis bolas chinas (que cayeron de su alojamiento cuando relaje mis ingles) y mi pecho palomo y bigote sin depilar, y la liaron a palos con migo. En ese punto tuve suerte, me cruce con un grupo, mojas como yo, ataviadas mas o menos a mi estilo, pero mas cutres, y al ir todas iguales y con tanto pelo en el bigote como yo, pues mis atacantes me perdieron la pista.

Decidida y dispuesta, abrazando el rosario que colgaba de mi cuello, en el que sustituí al típico Jesús, por la imagen de madera de un chulazo con taparrabos, de esos que si los chupas se borra la ropa, cruce la puerta del vaticano y como no quiere la cosa entre en otro país. Estuve un rato saltando a un lado y otro, ahora en roma, ahora en el vaticano, ahora en roma, ahora en el vaticano… hasta que un guardia, que debió salir la noche anterior de carnaval y aun no se había quitado el disfraz, me indico con desmanes y una pedazo de lanza, que por favor, o entraba o salía.

Así que entre.

Que cúpulas, que estatuas, que torsos de mármol, que de todo. Opulencia por aquí, columnas jónicas por allá. Me sentí como pez en el agua, ese hubiera sido el lugar perfecto para mi residencia, opulencia por doquier, eso si, yo exigiría que los guardias se quitaran la ropa y la lanza… bueno, la lanza no.

Ay nenas… que emoción sentí! Estaba a varios pasos de ver al pontífice y de hacerle ver que el mundo bollerin era lo mas!
Mire el mapa que había robado en la tienda se susvenis y sitúe la las estancias papales. Y allá que me fui.

Unos guardias, amigos del de la puerta, que seguramente salieron de marcha con el, me cerraron el paso. Yo, con un gesto de rapidez inusitada, me saque las bolas chinas, lanzándolas cual pedradas y los deje sin sentido con un rápido movimiento. Después de abusar salvajemente de ellos, me introduje en el edificio.

En un segundo estaba frente a la puerta de los aposentos del papa y de un golpe las abrí y grite;

_ ¡PAPA!

Fue tal la sorpresa que me sobrevino al abrir aquella puerta que sentí que me goleaban la cara con una gran sardina… pero literalmente nenas, por que la estancia emitía un olor a fish podrido, que echaba pá tras.

No os podéis imaginar lo que sentí, lo que mis ojos, llorosos, no se si por la emoción o por dicho hedor, vieron… ¡no podríais imaginarlo en milenios! Por eso, nenas, soy y seré tan exclusiva, con mis noticieros en forma de emilios varios…
Bueno, al lío, dejad de adularme…

¿Estáis preparadas?... nenas… el Papa de Roma es en realidad… una bollera cincuentona y amargada! ¡Con un denso bigote y una faja para disimular sus pechos!

Si nenas, si. ¡Al entrar en la estancia papal vi, al susodicho (susodicha) hacerse un “checo checo” en un bidet cercano! Y si, lo que tenia allá abajo era una rajita… de hay el hedor…
¡Me entro un dolor espinal, un revolver de estomago! ¡El papa era una bolly! Yo, azorada, intente abrazarla y decirle lo mucho que la admiraba, sin ver la cara que me puso, al descubrir su secreto, por que agarro un candelabro puntiagudo y salio corriendo detrás mío, como llevada por el demonio.

Y entonces caí.

Caí por las escaleras, con gran dolor para mi y mis ingles, perdiendo las bolas chinas, que sirvieron para que la guardia real tropezara y me diera cierta ventaja.

Y entonces me di cuenta de lo que ocurría, ciertamente. ¡El secreto Papal era en realidad… un secreto! ¿por qué el santo padre siempre estaba en contra de los gays? ¿por qué no le gustaba promocionar las gomitas sexuales? ¡por que era una bolly!

Y bien es sabido que algunas odian a los gays… sobre todo las que se intentan vestir como un cincuentón y hacerse pasar por el Santo Padre…

Así que corrí con mas fuerza. La bolly Papal corría tras de mi, vociferando ¡ a mi la guardia!
En nuestra huida destrozamos estatuas y cuadros, fue una persecución de lo mas multitudinaria, por que algunos curas y sacerdotes que, seguramente también eran bollys, además de la guardia esa del carnaval, se unían a la comitiva que pedía mi cabeza.

En los sótanos descubrí que las anteriores bollys papales, no habían muerto y disfrutaban de un alter continuo en las catacumbas del vaticano, por supuesto, también me persiguieron.

En los archivos vaticanos destrozamos volúmenes de historia y secretos incontables, claro, cien personas corriendo, persiguiendo a una monja drag, pues tu me dirás, solo apuntare que me pareció ver un ovni, si nenas un ovni, con una pegatina en la que se leía “i love jesus”, si nenas si, hasta hay llega el secretismo vaticano.

En mi correr y mi huir encontré una alcantarilla y subí a la superficie desembocando en la plaza de san pedro, rodeada no tuve mas remedio que escalar el obelisco, allí sito. En mi ascender solo me siguió La santa pontífice… y allí arriba, sin escapatoria alguna, tome una cruda decisión…

Las opciones eran; o tirarme al vacío y dejar este mundo… y con la que había armado, al cielo no iba, fijo, que no iba…

O pensar en modo “sauna después de estar dando vueltas diez horas sin encontrar un chulazo digno”
O sea cuando te follas a lo que sea, cerrando los ojos, o entrando en una cabina prácticamente a oscuras…

Así que mire a la bolly y con una fuerza que salio de mi interior, de la que yo no tenia noticia… ¿cómo es el sobrevivir, nenas? agarre a la papal figura y la ensarte en la punta del obelisco (previamente lubricado, claro)

Se hizo el silencio.

No corría ni el aire, lo que yo hubiera agradecido sobre manera por que el fish, abierto y en todo su esplendor era del todo “disagreeable”… pero hice de tripas corazón y mire hacia otro lado, esperando lo peor.

Pero no fue así… aquello fue un despertar, un renacer. La bolly Papal comenzó a frotarse con el obelisco y las demás que abajo miraban el espectáculo, la imitaron… no se si por bula papal o por deseo descontrolado… la guardia disfrazada se uso como juguetes sexuales y la plaza de san pedro se convirtió en una bacanal tal como el libro del perfume, pero en bollo.

Los turistas y demás feligreses no daban crédito ¡y pronto las noticias se dieron eco de lo que allí acontecía!

Nenas… yo se que no me creéis, pero os lo juro, fue así, así ocurrió, verdad es. Yo fui perdonada e invitada a participar en la nueva iglesia llevada por ellas, liberadas ya de su disfraz de hombre… puesto que rechace.
Mi mundo sois vosotras amigas fans… y debo seguir recorriendo el mundo y sus lugares oscuros para contaros todo lo que vea y escuche…
Si nenas, si.

Besos, abrazos, y demás signos de aprecio.

Os quiere, La Catalana.

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